Poesias para Carmina

COMO ENSEÑAN CONFUCIO Y EL TAO

EN LO PEQUEÑO ESTA EL TODO

ASÍ UNA MUJER DE BRAVURA

HIZO, DE UN PEQUEÑO TROZO

DE LA TIERRA DE ESPAÑA

SU MORADA Y SU PATRIA TERRENAL

Y LLEVO A MUCHOS PERDIDOS A DIOS.

OTRA MUJER , CARMEN DE MICHELENA,

OTRA TERESA, POR AHÍ

ANUNCIA LA RAZON QUE ES ALEGRIA

VICTORIA SOBRE EL MIEDO, MATEMATICA DE ALMAS

 

DOS VIDAS DE MUJER

SEPARADAS POR CASI CINCO SIGLOS

Y UNA FE IGUAL, MAS GRANDE QUE LA VIDA,

UN HUMANISMO A ESTE LADO Y AL OTRO DE JESUS Y DE SOCRATES,

UNA FE EN LA EDUCACION IGUAL

PARA HOMBRES Y MUJERES,

Y EN LA HUMILDAD, Y EN LA LIBERTAD

Y EN LA ESPERANZA GENEROSA CON EL MAS PROXIMO.

 

SI NO CONOCES AÚN BEAS DE SEGURA

CAMINANTE, LEVANTATE Y ANDA,

CAMINA HACIA ALLI

CON TUS PEQUEÑOS PASOS,

SUBRE TUS SANDALIAS PEQUEÑAS, VEN

A BEAS DE SEGURA, A BEAS DE SEGURA

CON TERESA , CON CARMEN

                                                                FULGENCIO MARTINEZ- 2 DE NOVIEMBRE DE 2010



A CARMINA

 

Has retornado a la tierra

Cuando madura el olivo.

Has sembrado las semillas

Del saber a los amigos.

Has dado vida a la vida,

Carmina. Somos testigos.

Has pasado a la Historia

Como Antonio y Federico.

Nos has dejado tu impronta,

Sonrisa amable y gesto vivo.

Los muñecos del guiñol

Hoy lloran porque te has ido

4  enero 2012.                          Rodrigo



A una maestra de la República

 

Era España un erial de dictadura

que con hostias calmaba hambre e ignorancia,

cuando surge en República una instancia

que al pueblo le abre puertas a la altura.

 

Y fue Carmen, obrera en la cultura

junto al gremio de noble militancia,

quien alzó el lema de educar la infancia

para hacer al hombre libre de ataduras.

 

Vino un nuevo silencio, ensangrentado,

y los sueños se hundieron en la arena,

gota a gota guardando lo arrasado.

 

Escampó, y otra vez salió a la escena,

incansable en su laico apostolado:

Siempre Carmen, ya prócer, Michelena.

 

                               Germán Ojeda Méndez-Casariego



Las mujeres que viven,

no se mueren nunca,

se duermen de a ratos,

de a ratos pequeños,

y el sueño infinito,

es sólo una escusa.

 

La llama encendida,

no se va a apagar

por el simple hecho,

de que no estés más

 

                                                Elena Perez Moronta


Doña Carmen de Michelena

Manantial en un desierto de arena

Oasis de brisa joven y fresca

En época dura, seca y grotesca.

 

                            RODRIGO